Johan Pacheco – Ciudad del Vaticano
Los dos nuevos santos venezolanos: José Gregorio Hernández, un laico conocido como el “médico de los pobres”; y la Madre Carmen Rendiles, una religiosa fundadora de la Congregación Siervas de Jesús, han despertado un gran entusiasmo en la fe del pueblo venezolano.
El arzobispo de Caracas, monseñor Raúl Biord Castillo, recibe este domingo el palio arzobispal de manos del Papa León XIV en la celebración litúrgica de San Pedro y San Pablo. Y en su visita a Roma, comparte con los medios vaticanos el impacto de esta canonización para los devotos, tanto en Venezuela como fuera de ella, de los futuros santos venezolanos que se realizará el próximo 19 de octubre.
"Una gran fiesta para Venezuela, que en este Año Santo hemos tenido el regalo de la aprobación de la canonización de los dos primeros santos venezolanos -expresa el arzobispo de Caracas-. José Gregorio Hernández, el médico de los pobres, el médico de todos, una persona que como laico dedicó su vida a la investigación científica, a la enseñanza universitaria y sobre todo el ejercicio profesional de la medicina para el bien de tanta gente. Y la Madre Carmen, una religiosa, una mujer muy valiente que nació sin un brazo, con una condición especial ya a pesar de ser rechazada por varias congregaciones religiosas para entrar en esta congregación, finalmente logra entrar en una congregación y cuando se disuelve en Francia la congregación, fundó una congregación en Venezuela muy comprometida con la educación.
Excelencia, ¿cuál es el impacto que ha tenido, que tiene esta canonización de José Gregorio Hernández, de la Madre Carmen, como primeros santos venezolanos? Impacto en lo pastoral, en lo social, en el sentimiento del pueblo venezolano…
Estos dos santos, especialmente José Gregorio, atravesaron todas las barreras que nos dividen, las barreras económicas, sociales, políticas y dirían hasta religiosa. El grito cuando murió José Gregorio fue: “José Gregorio es nuestro”. Realmente lo sentimos, José Gregorio de Venezuela, porque no solamente es para los católicos venezolanos, sino para los católicos de toda América Latina, porque su devoción está extendida en América Latina, pero también en muchas partes del mundo, porque la migración venezolana, que ha alcanzado números importantes, más de 8 millones de compatriotas están fuera, la han llevado a tantos lugares ya varios continentes. Por lo tanto, José Gregorio para nosotros es un símbolo de unión, es decir el símbolo de unión, de ejemplo, pero también de virtudes cristianas, de esa Venezuela que soñamos, de esa Venezuela posible, de esa Venezuela donde los valores están por encima de los intereses personales.
¿Cómo describiría a la Madre Carmen Rendiles y en ella a la mujer venezolana? Seguramente será tambien una llamada también a la santidad…
Sí, la Madre Carmen es un modelo porque ha sido fundadora de una congregación en Venezuela. Venezuela durante el siglo XIX estuvo casi 70 años sin religiosos y religiosas. Solamente al final del siglo XIX, en 1889, se fundó la primera congregación religiosa venezolana y en pocos años se fundaron siete congregaciones vernáculas y luego llegaron otras congregaciones de fuera como misioneras. De estas fundadoras de congregaciones hay otras dos beatas, la madre María de San José y la madre Candelaria de San José, y hay otra venerable, la madre Emilia de Chapellín. Por lo tanto, creo que es primero un reconocimiento a la mujer venezolana. Han sido esas abuelitas, las mamás, las que han transmitido los valores y la fe cristiana, la catequesis a sus hijos y nietos y sobre todo a las religiosas que en los hospitales, en las escuelas, en los barrios han cumplido y cumplen una gran tarea. Por lo tanto, la canonización de la Madre Carmen es también un llamado a promover las vocaciones, a la vida consagrada, que realmente las hermanitas, las monjitas, que nosotros llamamos 'las madres', las madres y las hermanas son esa presencia de la ternura de Dios en medio de su pueblo.
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